domingo, 10 de enero de 2010

Corro sin más…

El viento eleva mi vestido y despeina mi cabello.

El pasto está húmedo y a mis pies acaricia.
El sol entibia suavemente mi piel y proyecta una sombra de larga silueta.
Mi perfume combina con la brisa de manera imperceptible.

Sonrío distraídamente al asimilar la situación.
¿Habrá alguien mas observando esta escena?

Quien sabe… todos están lo suficientemente ocupados para tan innecesaria distracción.



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